La habitación de un adolescente es su territorio, un lugar que quieren que sea lo más personal posible. Y esto suele entrar en conflicto con los padres que quieren que guarde una uniformidad con el resto de la decoración de la vivienda. Lo mejor es conseguir un equilibrio entre unas cosas y otras y por eso implicar al adolescente en la decoración de su dormitorio siempre es una buena idea.

Uno de los toques originales que pueden enamorar a un adolescente son los estores fotográficos, sobre todo si se le permite personalizar la imagen. Pueden elegir una fotografía con sus amigos y que esta acabe siendo el estor de su ventana, por poner un ejemplo. La imagen puede ir a todo color o en blanco y negro. Otra opción es que escoja un bonito paisaje que le guste entre los estores fotográficos que se venden por catálogo.

Dentro de estas personalizaciones, están los pósters. Todos los adolescentes quieren pósters de sus ídolos y normalmente, a los padres no les gusta demasiado ver todo eso pegado en las paredes. Pero, ¿y si una de las paredes se forra totalmente con corcho? Es un material cálido, agradable y barato y una vez pegado es además aislante de ruidos y frío. En el corcho podrán pegar tantos pósters como quieran ya que no se marcará como una pared pintada e incluso pueden usar chinchetas para colocar las fotos.

Por último, deja que escoja el color de las paredes del resto de la habitación. Así sentirá la misma mucho más suya. Deja que descubra pinturas con efectos, como las de efecto arena o las que tienen todo tipo de brillos. Así, su dormitorio será original pero a la vez te parecerá elegante y sofisticado. Un espacio juvenil y único pero bonito y que no desentonará con el resto de la casa.

Dejando que el joven escoja todo esto, será mucho más fácil negociar otros temas, como los muebles, en los que seguramente no tenga tanto que decir, por lo que la habitación quedará al gusto de todos y sin peleas. Además, tomar estas decisiones y hacer que se ciña a un presupuesto para la decoración de su cuarto, hará que el joven aprenda a tomar decisiones y a valorar más las cosas, teniendo que establecer prioridades para poder tener lo que le gusta sin salirse de presupuesto.