Un San Valentín muy especial 

Tengo una relación un poco rara con el dinero. No me considero un derrochador y suelo pensar mucho los gastos que hago generalmente. Además, creo que tengo pocas aficiones y las pocas que tengo son bastante asequibles. Pero es verdad que de vez en cuando tiro la casa por la ventana como se suele decir con algunos gastos, como los regalos, sobre todo si son para personas muy queridas.

Y así me lo he planteado en el último San Valentín. Cansado de rosas y demás, pensé qué podía regalar para que fuera algo muy especial e inesperado. A mí mujer siempre le han gustado mucho los relojes, pero por diferentes circunstancias hace tiempo que no lleva. De hecho, hace unos años le compré un smartwatch que acabó siendo un bluff porque no funcionó como esperábamos. Así que pensé que lo podía volver a intentar, pero esta vez un poco más “en serio”.

Y fue así como busqué Gucci en Vigo, una marca que sé que le encanta. Vale que no son relojes muy baratos, pero tampoco son prohibitivos, al menos el catálogo que yo vi. Supongo que como todos cuando hacemos un regalo caro, buscamos que también nos guste a nosotros. No sé si se trata de una actitud un poco egoísta, pero tendemos a pensar que, ya que vamos a comprar algo un poco pasado de precio, al menos que nos guste… aunque lo vaya a usar otra persona. 

Y mirando el catálogo encontré un reloj precioso y muy original que incluía la esfera y la correa en el mismo material con estampado de abejas doradas. Me quedé embelesado mirándolo. Fue como un flechazo. ¿Nunca os pasa en una tienda que veis algo y sabéis con certeza que eso es lo que buscabas? Pues eso es lo que me pasó a mí cuando hojeaba el catálogo de Gucci en Vigo.

Pero el precio era una cuestión a considerar. Era como comprar un ramo de 500 rosas… si es que hay ramos con tantas flores, o llenar la casa de flores. Había que pensarlo bien, pero es entonces cuando me sale esa vena inconsciente que me dice: ¿para qué está el dinero sino para hacer feliz a otras personas? Bueno, espero que el reloj la haga un poco más feliz que aquel smartwatch…