Síndrome del cuidador quemado

La labor de atender a un familiar dependiente recae en el 90% de los casos en una sola persona, habitualmente mujer, que llega a abandonar toda su vida para atender a las necesidades del enfermo 24 horas al día, siete días por semana. Esto puede llevar a una situación límite conocida como el síndrome del cuidador quemado, en la que el cuidador pierde su capacidad tanto para atender adecuadamente a su familiar dependiente como para prestar la atención necesaria a sus propias necesidades físicas y emocionales.
“Un 10% de los cuidadores acaba siendo víctima de la misma enfermedad, institucionalizado o suicidándose” cuenta Pablo A. Barredo, autor del blog Diario de un cuidador y creador de la fundación que lleva el mismo nombre. Pablo se convirtió a los 33 años en cuidador único de su madre enferma de Alzheimer, aparcando su vida durante cinco años hasta la muerte de su madre. En su blog Pablo cuenta su día a día durante la larga enfermedad de su madre con gran sensibilidad, relatando vivencias y sentimientos con las que la mayoría de cuidadores se identifican.
“Es importante contar con apoyos y no querer hacerlo todo uno solo porque eso te va a ir minando a todos los niveles” afirma Pablo en una entrevista concedida al medio digital Cuidador.com Relata que uno de los momentos más duro fue la primera vez que su madre le agredió. “Es una situación que produce mucho desconcierto, no sabes qué hacer”
A la pregunta de si en algún momento pensó en renunciar, Pablo contesta que en su fundación se con frecuencia encuentra con familias a las que hay que recomendar que acudan a ayuda profesional porque los ven al borde del colapso. Centros de día para mayores centro Madrid en los que puedan hacerse cargo del enfermo durante unas horas.
Pablo destaca que es importante que los cuidadores que acaban recurriendo a un ingreso en una residencia o centro de día no se sientan culpables. “Si hay un momento en que no estás suficientemente bien (…) es mejor dejar al enfermo en manos cualificadas”