No hay tallas para mí

Vivo en un sinvivir con el tema de la ropa. Un sastre que me preparó un traje para ir a una boda, me dijo que debería comprar toda la ropa hecha a medida: buen consejo, pero no existen suficientes ceros en mi cuenta corriente para hacer eso. Bueno, en realidad, no lo dijo directamente así, porque me lo podría haber tomado mal, pero en resumen me vino a advertir que nunca iba a encontrar determinadas prendas que me quedaran de 10. Y en eso tiene razón.

Mi cuerpo es una curiosidad, algo para lo que, supongo, los modistos no están preparados. Está claro que las marcas comerciales no pueden sacar cientos de tallas para que todas las personas encuentren exactamente la prenda que les queda como un guante: nos debemos conformar con la S, la M, la L, etc. Pero en mi caso necesitaría una especie de combinación de S, M, y L. Sí, eso sería perfecto.

De vez en cuando echo un vistazo por internet y veo ofertas Pantalones hombre y me entran ganas de comprar algo. Cada vez más gente comprar de todo por internet, incluyendo la ropa, aunque con esta clase de productos siempre existirá una duda que solo se despejará cuando uno se pruebe la prenda.

Si yo veo unos pantalones que me gustan por internet, los puedo comprar, pero tengo la certeza que deberé arreglarlos. Pero es que incluso arreglándolos un poco, tampoco hay garantía de que me vayan a quedar 100% bien. Al final, en la mayoría de los casos, me veo obligado a ir a la tienda (en caso de que exista una tienda cerca de esa firma) y probarme las ofertas Pantalones hombre in situ.

A veces, un poco a la desesperada, he comprado prendas de las que no estaba muy seguro. Otro error: si uno no está seguro en el probador de una tienda, donde todo está manipulado para que parezcamos modelos de pasarela, mucho peor en casa. No hay nada que hacer, al final tendré que rehipotecar mi casa para contratar un sastre a sueldo.