¿Por qué el turismo ornitológico triunfa en las Islas Atlánticas?

El Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas despierta un gran interés entre los amantes de la ornitología. Cada una de sus islas —Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada— es un ‘vivero’ de aves marinas y terrestres, amparadas por distintos programas de conservación. Lo anterior puede comprobarse haciendo un viaje islas cies, uno de los destinos de turismo ornitológico por excelencia.

En este archipiélago de la ría de Vigo conviven multitud de especies de aves: desde la pardela cenicienta y el alcatraz atlántico hasta el cormorán moñudo y la famosa gaviota patiamarilla, considerada uno de los emblemas naturales de las Cíes, donde nidifican más de quince mil parejas de esta especie.

Dado que este grupo de islas son una parada más en la odisea de las aves migratorias. De ahí que puedan avistarse en sus costas infinidad de especies, que se suman a las colonias regulares que nidifican en las playas y acantilados del territorio.

El éxito de esta modalidad turística en las Islas Atlánticas debe atribuirse, además, a los muchos observatorios de aves que acoge. Por ejemplo, el de Alto da Campá, en la Isla del Faro, que proporciona una panorámica de la Isla Norte y de sus muchos acantilados; otro observatorio aviar es el de Faro do Peito, orientado al litoral occidental de la mencionada Isla Norte.

Por su parte, la Isla de Ons es el hogar de diferentes núcleos de cría de aves marinas, en especial de gaviota patiamarilla y cormorán moñudo. También acoge miles de charranes patinegro, pardelas balear y cormoranes grandes. Su avifauna se completa con alcas común, alcatraces y otras especies migratorias.

En menor medida, Sálvora y Cortegada acogen poblaciones de densidad variable de gaviota patiamarilla. Estas islas también son un buen enclave para avistar garzas reales, papamoscas negro, mosquiteros comunes y otras de interés ornitológico.