¿Te imaginas hacer un regalo y que este regalo pudieran disfrutarlo dos personas a un tiempo? Pues eso es lo que pasa con los regalos solidarios, lo disfruta quién lo recibe y lo disfruta también la organización que lo vende, que lo emplea para un fin benéfico. Es el caso de las pulseras masai, que son muy bonitas y van a gustar sin duda alguna a quienes las reciban y que además, los beneficios de sus ventas sirven para luchar contra los matrimonios forzosos y la mutilación genital femenina en diferentes partes de África. Sin duda, una buena causa.
La pasión por los regalos solidarios es cada vez mayor y un buen ejemplo lo vemos en las bodas. Cada vez es más frecuente que los novios usen ese pequeño obsequio recuerdo que suelen dar en todas las celebraciones, para contribuir con alguna buena causa. En algunas ocasiones, comprando productos elaborados por alguna organización de ayuda a diferentes causas, como son las que ayudan a los que padecen diferentes enfermedades. En otras ocasiones, directamente con una tarjeta en la que se explica que se ha donado un dinero a esa causa a nombre de la persona en concreto.
Un regalo solidario dice mucho de quién lo da, porque demuestra que es una persona comprometida. Es una buena manera de dar un pequeño detalle que implica mucho más de lo que parece en un primer vistazo. No debemos de olvidar que muchos de estos regalos que se hacen en bodas y comuniones se olvida incluso sobre la mesa, por lo que realmente es dinero tirado. Pero cuando se da algo solidario, el regalo llega a quienes tiene que llegar y a quiénes lo van a agradecer más.
Como empresa, una forma de colaborar con este tipo de causas es vendiendo esos productos solidarios en el establecimiento en el que se trabaja. Así, se estará dando la oportunidad de llegar a más personas y de que todo el mundo pueda participar en la causa aportando su pequeño granito de arena.
Algunas de estas organizaciones trabajan también con centros educativos, dando charlas con los niños o proporcionando sus productos solidarios para que el propio centro los distribuya entre los niños y familias que quieren colaborar. Cualquier ayuda siempre es bien recibida por este tipo de organizaciones que suelen estar bastante faltas de dinero con el que poder desarrollar su trabajo.