La creciente importancia de la seguridad doméstica y el problema de la ocupación de viviendas son grandes dinamizadores de la venta de puertas de seguridad Vigo, León, Barcelona y otras provincias. Para comprender mejor su funcionamiento y por qué garantizan un plus de protección, familiarizarse con los principales elementos de estas puertas es útil.
La hoja de la puerta se compone de dos caras, la externa y la interna, generalmente tapizadas en madera u otro acabado decorativo que ‘esconden’ una sección intermedia de un material resistente, con refuerzos de hierro o de acero, dependiendo del grado de seguridad (del III al V, según la norma UNE EN 1627). Con diferencia, el acero reforzado ofrece un plus de protección.
Dependiendo del material usado en la hoja, la puerta será (1) blindada, es decir, fabricada en madera con láminas de acero y cierres reforzados, y (2) acorazada, como se denominan en el sector a las diseñadas íntegramente en acero, cierres multipunto y otros elementos de seguridad.
Por otra parte, las diferentes piezas del cierre desempeñan un rol clave en la seguridad y funcionalidad de la puerta. El uso de materiales inadecuados o la mala calidad de los mismos puede ser fatal.
En concreto, el cierre se compone de la cerradura en sí, de múltiples clases (multipunto, digitales, de seguridad, etcétera), y el cilindro o bombín, donde se introduce y acciona la llave. Los bulones mantienen unido el marco con la hoja de la puerta cuando el cerrojo está cerrado.
Respecto al escudo, este elemento de seguridad debe su nombre a que salvaguarda el cilindro y la cerradura de golpes, forzamientos y otras amenazas. Se fabrica en materiales de alta resistencia y puede soportar impactos severos.
El último componente de la puerta es el marco, que no debe considerarse parte exclusiva del edificio, pese a estar integrado en el mismo. En puertas de seguridad se manufactura en acero y aluminio de alta resistencia.