La personalización del material de oficina está a la orden del día por sus múltiples ventajas para empresas de cualquier sector. Esta práctica mejora sensiblemente la imagen de la marca ante los consumidores, a los que se transmite una mayor impresión de seriedad, dedicación y profesionalidad.

 

Los bolígrafos, cuadernos y carpetas publicitarias son un soporte de difusión eficaz para la marca y su cartera de productos y servicios. Con una inversión mínima, permiten que el logotipo, el nombre y otros elementos inherentes a su branding permanezcan a la vista del cliente. Su impacto es aún mayor en los productos de regalo u obsequio, pues acompañan al usuario en su rutina diaria y exponen la marca en su círculo familiar y de amistades.

 

El uso de material promocional es útil para complementar y potenciar otras estrategias de marketing: asistencia a conferencias y simposios, apertura de sucursales físicas, creación de puntos de venta o de expositores en ferias, etcétera. Los beneficios aquí trascienden el decoro profesional, es decir, dar una imagen seria y acorde con los convencionalismos.

 

Y es que el material publicitario ayuda a que los consumidores se mantengan en contacto directo con la marca, lo que afecta a la recordabilidad y el reconocimiento de la empresa en su nicho de mercado. Esta ventaja no debe subestimarse; un simple bolígrafo con los colores y logo corporativos tiene un alcance limitado, pero miles de ellos durante un periodo de tiempo pueden contribuir a mejorar las ventas de manera significativa.

 

Comparativamente, la personalización de carpetas y otros materiales de oficina es una de las estrategias más económicas. Mientras que las cuñas televisivas y radiofónicas, los anuncios en prensa o las lonas publicitarias requieren una inversión elevada y son poco escalables, los productos de oficina generan resultados satisfactorios con un desembolso moderado y una alta escalabilidad.