Acostumbra a tu hijo al dentista desde niño

Muchos niños sienten terror a ir al dentista. Y no ayuda el hecho de que cuando van es porque tienen dolor o les tienen que realizar algún tratamiento doloroso. Lo ideal para que los niños no teman a este profesional es que se acostumbren a acudir a su consulta desde que son bien pequeños, para aprender a cepillarse bien los dientes y para que en una clínica dental Santiago de Compostela puedan ir revisando que su boca se desarrolla de una forma correcta. De no ser así, los profesionales de la clínica valorarán cuándo es el momento de tomar medidas.

Los pequeños se irán habituando a que el dentista les pida que se acuesten en el sillón y les examine la boca, viéndolo incluso como algo divertido. Escucharán los consejos para cuidar los dientes y aprenderán lo importante que es el cepillado diario o el evitar abusar de los dulces y otros productos que pueden hacer daño a su esmalte.

Hay problemas relacionados con el desarrollo de la mandíbula o con la alineación de los dientes que es bueno solucionar lo antes posible, para que los resultados sean los mejores. Algunos incluso pueden prevenirse, por ejemplo cuando a un niño tardan en caerle algunas piezas y ya tienen las nuevas listas para salir. De no extraerlas, estaríamos corriendo el riesgo de que las nuevas salieran en “doble fila” y luego tengan más problemas para volver al lugar que les corresponde. El dentista valorará cuándo es el momento de ayudar al diente a que se desprenda, para que de esta forma las nuevas piezas salgan correctamente.

Las visitas frecuentes al dentista ayudan también a detectar problemas como el bruxismo, que a veces no es descubierto por los padres porque los niños no hacen demasiado ruido con los dientes, pero sí que están dañando el esmalte y haciendo que se corra el riesgo de que pueda quebrarse alguna pieza dental. Además de que esto puede ser indicativo de estrés u otros problemas en el niño.

Los buenos hábitos que se adquieren durante la infancia es más fácil que se mantengan durante la juventud y para el resto de la vida. Por eso, los niños que aprenden a cuidar sus dientes de leche y acuden a revisiones, tienen más posibilidades de mantener esto y contar con una dentadura sana y cuidada durante toda su vida.