Naturales, elegantes y vivaces, los aderezos florales son una garantía en nupcias, comuniones, Nocheviejas y otros eventos. Las coronas de flores para ceremonias niñas conceden, además, una gran libertad en cuanto al estilo y el sentimiento que transmiten. Familiarizarse con su tipología ayuda a elegir la corona perfecta y dotar al vestido de un detalle único.
En primer lugar, la corona de flores silvestres evita las especies más exóticas y extravagantes, para decantarse por la sencillez de las lilas o margaritas. Se combinan con frutos silvestres o ramitas y hojas de la foresta, bien con el predominio de un color, bien con una paleta más amplia.
La introducción de rosas, peonías, lirios y otras flores elegantes aporta a la corona un toque sofisticado. Si en vez en glamour, se persigue un mayor atrevimiento y diversidad de tonos, las especies tropicales son bienvenidas, como las calas o las orquídeas.
En el polo opuesto están las coronas de corte minimalista. Los diseñadores buscan, en este caso, elegir flores discretas, con pocos elementos, generalmente de uno o dos colores como máximo. Y es que en ocasiones, menos significa más.
Las consumidoras más románticas se sentirán atraídas por las coronas de estética bohemia. Estas se distinguen de las anteriores en la incorporación de cintas, lazos y otros accesorios, que aproximan la corona a un tocado más clásico.
Para conseguir una mayor naturalidad, las flores secas son una opción recomendable. En forma de corona o de semicorona, estos diseños suelen utilizar madroños, helios, hortensias y otras especies idóneas.
Aunque no sean coronas en sentido estricto, las tiaras y diademas de flores también aportan una nota diferencial al look, tolerando toda clase de composiciones y adornos, como las perlas, las cintas y otros detalles capaces de marcar la diferencia.