Ser previsor entraña numerosas ventajas, pero no todo en la vida puede predecirse con exactitud. Claro ejemplo son los embarazos, que en muchos casos suponen una sorpresa para los futuros papás y el comienzo de una serie de problemas, en especial para quienes decidieron no contratar seguro medico embarazadas. ¿Es demasiado tarde para ellos?, ¿todavía están a tiempo de contratarlo?
Por lo general, las compañías aseguradoras posibilitan a las embarazadas contratar pólizas de seguro adaptadas a sus necesidades, pero sin la asistencia integral que sí ofrecen a usuarias que abonaron este servicio durante los últimos 6, 8 ó 10 meses, dependiendo de las condiciones establecidas por la aseguradora. En otras palabras, superar el periodo de carencia es indispensable para disfrutar de todas las ventajas y coberturas de la póliza de seguro para embarazadas.
La razón de ser del periodo de carencia es el elevado coste del parto en clínicas privadas, que pueden superar los 5-6 mil euros sin complicaciones de ningún tipo. Con el objetivo de protegerse y garantizar la ‘salud’ económica de su negocio, las aseguradoras imponen a los asegurados este requisito, común en todas las pólizas de seguro médico, no sólo en las destinadas a gestantes.
Pese a lo anterior, gran parte de las aseguradoras existentes en el mercado cubren pruebas básicas —citologías, ecologías, etcétera— sin necesidad de cumplir con el periodo de carencia. En determinados casos, incluso es viable la contratación después de 1-2 meses del comienzo del embarazo, pudiendo exigirse a cambio el pago de una prima extraordinaria.
Suponiendo que la clienta haya cumplido el periodo de carencia, la aseguradora no se limitará a prestar las coberturas básicas, sino que posibilitará el acceso a un mayor número de servicios que, sin póliza de seguro, acarrearían un gasto elevado en hospitales privados y largos tiempos de espera en centros públicos.
Las coberturas básicas y avanzadas incluyen el seguimiento semanal del embarazo, la realización de múltiples ecografías (incluso las avanzadas 3D y 4D), las consultas con el ginecólogo, los cursos preparatorios para el parto, el test genético prenatal no invasivo, las revisiones otológicas y las sesiones de fisioterapia para el restablecimiento del suelo pélvico.