Tener buenas ofertas es fundamental para conseguir elevar las ventas. Conseguir tener una variedad que complazca a un amplio sector del mercado, una calidad que no desmerezca y el mejor precio es la base del éxito en un negocio. Pero, ¿de verdad garantiza todo esto el éxito? Solo si conseguimos que nuestros clientes sepan lo que se está ofreciendo porque de poco vale tener artículos buenos, bonitos y baratos si nadie sabe que están ahí.
Por eso, la publicidad es tan importante. Los clientes tienen que saber qué se les ofrece y cuáles son los productos a un precio más competitivo. Para esto se cuenta con varias herramientas. En el pequeño comercio, el escaparate es fundamental, porque la gente verá desde la calle cuáles son los productos de más éxito y también si el establecimiento ofrece rebajas o promociones.
En los grandes comercios son otras las formas de captar al comprador que ya está ahí, como los banderines que indican precios y promociones y los expositores llamativos. Pero tanto en el pequeño como en el gran comercio hay un arma que siempre funciona: el folleto publicitario.
Mientras que los grandes pueden pagar a empresas que dejan los folletos en los portales de los consumidores, los pequeños comercios tienen que trabajar con otras técnicas. Una vez que han acudido a una empresa especializada en impresion de folletos publicitarios plegados y los tienen ya en su poder, tienen que pensar cuál es la mejor manera de hacerlos llegar a su público.
Una buena manera es mediante un display colocado en la entrada del establecimiento. Esto tiene muchas ventajas ya que el cliente no tiene siquiera que entrar, puede ver el escaparate y llevarse un folleto para tener a mano y volver a ver en casa con calma las cosas que le han gustado y sus precios. Pero tiene en su contra que es necesario contar con una cantidad elevada de folletos ya que cualquiera puede cogerlos y si el comercio está en una zona concurrida pueden desaparecer rápido.
En el interior de la tienda, los folletos pueden ofrecerse en caja, tanto para que el cliente los coja por su cuenta como para darlos personalizadamente. Si las ofertas son generales, es bueno que lleguen a cuanta más gente mejor y que se impriman muchos folletos. Pero si son artículos muy específicos y para un público muy concreto, la entrega selectiva será mucho más efectiva.