¿Son tan diferentes los ordenadores industriales de los que se utilizan en oficinas? Lo cierto es que tienen muchas cosas en común y pueden incluso tener una misma base. Pero también son bastantes las diferencias. Veamos cuales son las cuatro más importantes.
-La resistencia. Un ordenador para uso industrial tiene que tener una carcasa muy resistente. En una industria el trabajo no es como en una mesa de oficina y el PC puede acabar estando sometido a golpes o a temperaturas muy altas o demasiado bajas. La humedad también puede ser un factor que intervenga y que haga que sea necesaria una carcasa impermeable de más resistencia.
El ordenador en la oficina está sometido a un uso muy similar al de un ordenador de casa, sin malos tratos y a temperaturas agradables para el personal. Por eso no precisan de carcasas especiales de ningún tipo.
-El tamaño. El tamaño de un ordenador de oficina tiende a reducirse con el paso del tiempo. Hoy es frecuente que el ordenador esté situado en la parte trasera del monitor y que no ocupe prácticamente espacio en la mesa. Atrás quedaron aquellas grandes torres que necesitaban de un hueco en la mesa de escritorio o de ruedas para facilitar las labores de limpieza.
Los ordenadores industriales pueden ser de tamaños diversos en función del trabajo que van a realizar y del espacio del que se disponga para ellos. Pueden ser pequeños como los de oficina o de un gran tamaño si tienen que albergar varios discos duros.
-Las pantallas de trabajo. Mientras que en una oficina la pantalla de trabajo es el monitor y se opera a través de un teclado, en las empresas lo habitual es que se trabaje con pantallas táctiles que hagan que el trabajo sea mucho más rápido y directo. De hecho, los operarios muchas veces desconocen dónde puede estar el ordenador ya que trabajan exclusivamente a través de estas pantallas.
-La personalización. Podríamos decir que este es el resumen de las diferencias. Mientras que los ordenadores de oficina se hacen en serie y, salvo excepciones, un mismo modelo puede servir para todos los escritorios de una empresa e incluso de diferentes empresas, los ordenadores industriales tienen que adaptarse al tipo de actividad y al tipo de instalaciones de cada lugar. La personalización, tanto en el interior como en el exterior, son la clave para que resulten eficaces.