Imágenes para vender

Catálogo, producto, pasarela, editorial, campaña… existen muchos elementos dentro de la fotografia para publicidad y moda que implican estéticas y herramientas muy distintas. Pero todas están orientadas a un mismo fin: vender un producto determinado. He aquí algunas reflexiones sobre cómo hacer un buen trabajo en este campo tan concreto de la fotografía.

 

Como decimos, hacer un producto apetecible y crear en el potencial cliente la necesidad de consumirlo es, sin duda, la principal característica de la fotografía publicitaria. En el Centro Universitario de Artes TAI imparten un máster especializado en moda y comunicación donde trabajan este aspecto de forma práctica con sus alumnos, mediante encuentros con profesionales como Paloma Rincón, especializada en bodegones, o Luis Malibrán, con un trabajo muy enfocado a la moda, que definía así su workshop con los alumnos de TAI: «Hemos estado trabajando con una modelo para ver cómo emplear la iluminación y de qué manera utilizar la cámara, deteniendo el movimiento, para ver cómo se puede apreciar la textura de una camisa que está flotando a una velocidad tremenda, mientras la modelo se mueve». Sin duda, es esa atención al detalle del producto lo que determina un buen trabajo publicitario. 

 

Sin embargo, no es un campo totalmente estanco con una única característica; su valor connotativo la ha hecho permeable a otros géneros fotográficos, que han enriquecido la imagen. De hecho, Nacho Pinedo, fotógrafo de publicidad y profesor de TAI, define una buena foto de moda como «una mezcla de retrato, fotografía documental y fotografía artística». Federico Baixeras, que también forma parte del claustro del centro incide en esta misma idea: «Se ha abierto un hueco a gente que no es del ámbito publicitario. Fotógrafos documentales o conceptuales que encajan muy bien en publicidad y jamás lo habían pensado». La búsqueda de discursos rompedores, arriesgados o incluso intimistas son factores que hoy día definen muchos trabajos publicitarios que han pasado a formar parte de la categoría de arte. 

 

Otro asunto en el que incide Baixeras es la necesidad de aprender a organizar el trabajo: «Durante una campaña no debería existir ninguna complicación, por eso hay un trabajo previo muy exhaustivo de organización, porque si no, Murphy siempre está presente». Por eso el centro organiza eventos como la Vogue Fashion Night Out, o el Shooting Fashion Talent Together, que constituyen experiencias reales de trabajo para sus alumnos, que practican así cómo planificar y trabajar en equipo, bajo la presión y las prisas de cualquier evento fotográfico. 

 

Vender sin renunciar a la mirada propia, pero hacerlo bien, calculando cada detalle para que nada quede al azar, tan desastroso la mayoría de las veces. Estas son algunas de las claves para lograr un buen trabajo fotográfico de moda y publicidad, un género que, a fuerza de calidad e innovación, se ha ganado un lugar propio en el mundo del arte.