SOMOS DEMASIADO CÓMODOS

Hoy en día las ventas de cortinas han disminuído mucho por culpa de los estores, que cada vez se ven más y más en nuestras casas. Y la explicación es muy simple, somos unos cómodos y nos es más sencillo poner unos estores que tener que colocar unas cortinas que al cabo de un solo año vamos a tener que lavar varias veces. Con los estores esto no pasa, ya que con un trapo húmedo podemos lavar los estores sin la necesidad de tener que descolgarlos de su sitio. Además, los estores son bastante fáciles de instalar, simplemente hay que hacer unos pocos agujeros con el taladro en el sitio donde los quieres colocar, y apretar unos pocos tornillos que ya te traen los estores y listo.

No culpo a quien inventó los estores, aunque supongo que a los que venden las cortinas no es que les hagan demasiado gracia, ya que les han quitado un mercado del que disfrutaban sin opositores y ahora ven como otro producto similar les ha robado el protagonismo.

Hoy en día, para encontrar cortinas hay que ir a casa de alguien que no sea demasiado joven, ya que son las personas a las que no les molesta tener que quitarlas para poder lavarlas. Personalmente, yo también prefiero los estores a las cortinas, por comodidad. Se recogen fácilmente y te permiten graduar la cantidad de luz que quieras en la estancia de una manera muy sencilla, cosa que con las cortinas no es posible. Además, si en tu casa se fuma, las cortinas absorben mucho de ese humo por lo que al final la estancia acaba oliendo a humo constantemente, y no es que sea un olor especialmente agradable. Por eso os aconsejo que si sois fumadores os paséis a los estores, ya que los estores no absorben los olores al no ser de material textil.

 

Sea cual sea la opción que elijas debes de tener en cuenta todos los factores antes de decidirte por las cortinas o por los estores, no a todos nos gustan las mismas cosas y nuestras necesidades son muy diferentes.