A los niños les encanta jugar en el suelo. Es algo que es superior a ellos y no importa cuánto nos esforcemos en ofrecerles muebles o incluso su cama. Siempre acaban tumbados en el suelo manejando un cochecito o jugando con sus muñecos.
Y esto ocurre desde la más tierna infancia. Cuando los bebés comienzan a gatear descubren el suelo y nace una relación de amor con el mismo que a los padres los desesperan. Los niños se arrastran por donde todo el mundo pone los pies y además pueden coger frío.
Por eso, cuando los bebés comienzan a querer experimentar, lo más adecuado para ellos son las Alfombras de juego infantiles que les ofrecen todo tipo de estímulos para que puedan satisfacer su curiosidad. A los niños les encanta tocar cosas que hacen ruido, que crujen o que se mueven. Todo les hace gracia y les ayuda a aprender como es el mundo que los rodea.
Estas alfombras de juego son también una protección respecto al suelo, el bebé está tumbado en un lugar seguro. Pero, un buen día, comienza a gatear y comienzan los suplicios para los padres que tendrán que seguirlos por toda la casa.
Es bueno que el niño gatee y quizás lo más adecuado sea que su habitación esté habilitada para que pueda hacerlo con toda la seguridad del mundo. Para esto, lo primero que hace falta es un suelo adecuado, como son los suelos de vinilo, muy fáciles de limpiar y de desinfectar pero también calentitos y agradables para el pequeño.
Además de esto, hay que asegurarse de que no hay nada peligroso al alcance de sus manitas, como pueden ser enchufes. Hay protectores especiales para colocarlos en los enchufes que pueden ser muy importantes en la seguridad del bebé. También hay que evitar estanterías o muebles que puedan caerse si el niño trata de agarrarse a ellas.
Una vez que el niño crece y comienza a jugar, se puede apostar por una versión de las mantas de juegos adecuada a su edad: las moquetas que representan calles de una ciudad por la que pueden mover sus cochecitos o que incluso representan tableros de juegos tan conocidos como el parchís.
Este tipo de alfombras son divertidas y resultan muy decorativas en sus habitaciones, permitiendo de nuevo que el niño juegue en el suelo sin que esto sea un problema para nadie.