Es una perogrullada, pero a la hora de reformar una casa, conviene recordar los conceptos más básicos antes de ‘tirarse a la piscina’. Y lo más básico es que debemos planificar antes de hacer una reforma integral.
¿Qué significa planificar? Planificar es organizar, dividir en fases cada paso a dar para que todo salga bien. Planificar es no improvisar sobre la marcha, es tener las cosas moderadamente claras antes de firmar el contrato con una empresa de reformas. Si gastamos un poco de tiempo en elaborar este plan, a buen seguro que tendremos más papeletas de que la reforma salga como estaba prevista.
La primera fase a la hora de rehabilitar vivienda es detectar cuáles son los ‘imprescindibles’ de la misma, como dicen en un popular programa de televisión sobre reformas. ¿Cuáles son nuestras necesidades y las de nuestra familia? Es útil, incluso, elaborar una lista con un orden de prioridades.
Después, llega el momento de hacer el primer sondeo de presupuesto. En internet podemos solicitar algunos presupuestos o usar algunas aplicaciones para hacernos una primera idea del precio final. Muchas veces, cuando se llega a esta fase, se caen muchas cosas de la lista de imprescindibles porque el coste es superior de lo que pensábamos… O puedo suceder al revés, con lo que añadiremos más cosas a la lista, pero esto es lo menos habitual…
Y llega el momento de elegir al profesional para rehabilitar vivienda, fase decisiva, por supuesto. Busca y compara precios, pregunta a conocidos, recaba información por internet, etc. Si se trata de una reforma integral cualquier precaución es poca ya que vamos a desembolsar mucho dinero.
Una vez elegida la empresa que se encargará de la obra llega el momento de poner sobre la mesa lo que queremos y asegurarnos mediante la firma de un contrato que se va a cumplir en un tiempo y un coste determinados. Ojo a la letra pequeña de los contratos, estudiemos todo a este en el más mínimo detalle.
Y, por último, una buena dosis de paciencia. Siempre podemos enfrentarnos a imprevistos, pero mejor con la paciencia y la planificación como consejeras…